Si bien las características genéticas no se pueden evitar, sí que son más o menos modulables mediante unos buenos hábitos de salud, evitando o reduciendo la aparición de la grasa en la cintura. Así, es recomendable mantener un peso adecuado, evitando en sobrepeso o la obesidad, con una alimentación variada rica en verduras y frutas, y con pocas féculas y grasas (pero de buena calidad).
Una alimentación saludable debería ir acompañada de un incremento de la actividad diaria, evitando el excesivo sedentarismo y mediante la práctica de ejercicio físico moderado aeróbico (actualmente se recomienda un mínimo de 4 horas semanales de ejercicio aeróbico moderado/intenso) junto con ejercicios encaminados a fortalecer y tonificar la musculatura lumbar y abdominal.
Muchas veces no todo el volumen que sobresale en un abdomen es pura grasa, si no que muchas veces encontramos debajo unos músculos abdominales blandos, laxos y distendidos, que no son capaces de mantener y contener el contenido de la cavidad abdominal.
Entre los ejercicios generales más recomendables tenemos aquellos que mueven muchas y grandes masas musculares de forma mantenida y repetitiva (natación, bicicleta, remo, correr). Y entre los de carácter más localizado se pueden encontrar las típicas abdominales con o sin resistencia, dorsales, que se pueden realizar en suelo o en un banco de abdominales. Generalmente en los gimnasios existen multitud de rutinas especiales para la zona abdominal, sin olvidar la tonificación del resto corporal para evitar sobrecargas.
Además de una correcta alimentación y el ejercicio, existen multitud de productos cosméticos o de complementos alimentarios que se anuncian como especiales para los michelines, pudiendo ejercer de cierta ayuda, una vez que hemos puesto en práctica los dos puntos anteriores (alimentación y ejercicio).
Entre los complementos alimentarios (fundamentalmente dentro de la fitoterapia) encontramos algas estimulantes del metabolismo y ligeramente diuréticos (para evitar el acúmulo excesivo de líquidos), facilitadores del tránsito intestinal (evitando la hinchazón abdominal), y complementos complementarios a una dieta de adelgazamiento o mantenimiento del peso (chitosano, glucomanano, fibra guar, etc.).
Entre los cosméticos existen también una multitud de ellos, demostrando que no existe la panacea, y con una eficacia variable y personal; se utilizan en forma de cremas, geles, lociones que se aplican de forma tópica en las zonas a tratar. Si bien según la marcas la composición puede variar ligeramente, la mayoría mantienen en común la presencia de pequeñas dosis de:
Cafeína (estimulante del metabolismo).Fucus (alga rica en yodo, estimulante del tiroides).Componentes que facilite su penetración y circulación.La utilización de fajas adelgazantes no es muy útil ya que actúan mediante el incremento ligero de la temperatura de la zona, con lo que provocarían un efecto sauna con eliminación de líquidos y toxinas mediante el sudor, pero no de grasa. Otros tratamientos entran dentro de la medicina corporal.
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