martes, 20 de enero de 2015

Laserlipólisis o Láser-Escultura: Un nuevo enfoque de la remodelación del contorno corporal

  

Javier Moreno-Moraga y Josefina Royo de la Torre

Como se ha demostrado desde hace más de 20 años, la liposucción tumescente es el método más eficaz para mejorar la forma y el volumen del contorno corporal, especialmente en el tratamiento de áreas lipodistróficas. Es ideal para eliminar los acúmulos grasos localizados y las discretas alteraciones del peso corporal.

A medida que el procedimiento se consolidaba, comenzaron a abordarse mayores superficies corporales con tiempos quirúrgicos más prolongados y mayor duración del proceso anestésico, con la consiguiente situación de riesgo y resultados poco satisfactorios.

Sin embargo, estos inconvenientes no han reducido la demanda social para mejorar el contorno corporal, muy al contrario, cada vez más se incrementa la búsqueda de las técnicas cuya invasividad y riesgos sean mínimos, que no requieran anestesias importantes y que permitan al paciente la reincorporación inmediata a su actividad habitual.

Para estos casos ha sido demostrada la eficacia en la reducción de acúmulos grasos reducidos la radiofrecuencia, los ultrasonidos y la criolipólisis, todos ellos caracterizados porque inducen un resultado, sin embargo no son ejecutores del mismo como la liposucción, sobre todo en los detalles y matices que se pueden conseguir con la liposucción. Por tanto, el resultado es variable según la respuesta de cada paciente y en ocasiones no satisfacen las expectativas del médico y del paciente.

Sin embargo la liposucción sí domina la forma y la corrección del volumen del contorno corporal, ya que es mucho más precisa. Los resultados óptimos sólo están condicionados por la destreza del médico que realiza la técnica, y sólo depende de la biología la readaptación de la piel.

El láser en el tratamiento del contorno corporal hace su entrada como una nueva herramienta en manos del médico que persigue el objetivo de corregir a la carta la forma y el volumen de las áreas tratadas. El laserlipólisis o lipoláser reduce el traumatismo de la liposucción tradicional y aumenta la selectividad de la aspiración. Al mismo tiempo, el efecto térmico del láser sobre la dermis y los septos del tejido graso mejora la readaptación de la piel, objetivo fuera del alcance de la liposucción convencional.

Incrementar la seguridad.Reducir el tiempo de recuperación.Conseguir readaptar la piel con óptimos resultados en tiempo reducido.

A estos objetivos se suma la ventaja que supone el reducido tamaño de la fibra óptica y de la cánula de aspiración, que por un lado confiere al tratamiento un carácter menos invasivo que otras técnicas y por otro lado facilitan el procedimiento al cirujano.

La técnica de laserlipólisis se basa en discretos aumentos de la temperatura en el tejido graso que son capaces de liberar los triglicéridos que se almacenan en las células grasas, licuificándolas, lo que permite la aspiración posterior. La energía lumínica que emite el láser es absorbida por los cromóforos receptivos (estructuras sensibles a la longitud de onda de cada láser) de las células grasas, lo que produce el suficiente calentamiento específico para alcanzar el daño térmico. El calor produce, además, coagulación de las fibras de colágeno y de los pequeños vasos que, por un lado, disminuye el trauma operatorio y, por otro, consigue un efecto de contracción cutánea.

Criterios de selección del paciente: se excluyen las desviaciones excesivas del peso corporal, así como pacientes con cualquier enfermedad concomitante que suponga un riesgo en el tratamiento.Exploraciones complementarias para fijar criterios objetivos: a través de una analítica y una ecografía se valoran de forma rigurosa las zonas a tratar, así como las fibrosis condicionadas por posibles liposucciones previas, cirugías o traumatismos.Realización del tratamiento: se aplica anestesia local. Se ajusta la dosimetría del láser. Se inicia el desplazamiento de la fibra óptica. Se retiran los triglicéridos liberados, mediante extrusión con rodillo o por aspiración con una fina cánula. La piel se retrae. Los tabiques, septos y vasos, ricos en agua, se coagulan.Seguimiento del paciente y valoración de resultados: a la semana, el paciente presenta moderado grado de edematización con la práctica ausencia de hematomas que de aparecer son discretos (tiempo de utilización de prendas compresivas), al mes se puede valorar forma y volumen y a los 3 meses todo el proceso de readaptación de la piel. La calidad de la piel sigue mejorando hasta un año después de realizado el tratamiento.

La tolerancia ha sido satisfactoria y el down-time muy reducido. Los pacientes se muestran muy satisfechos en la tolerancia, eficacia y el cumplimiento de sus expectativas. Más del 90% están dispuestos a recomendar el procedimiento. Son necesarios más estudios para ajustar la dosimetría y explicar diferentes respuestas en distintas zonas.

Creemos que el procedimiento empleado es seguro, con buena corrección de forma y volumen, buena tolerancia y satisfacción por parte del paciente. Se han logrado buenos resultados en el comportamiento de la piel en numerosos casos, no esperables con la liposucción tradicional. No hemos tenido complicaciones destacables en ninguno de nuestros pacientes.


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