Si bien las características genéticas no se pueden evitar, sí que son más o menos modulables mediante unos buenos hábitos de salud, evitando o reduciendo la aparición de la grasa en la cintura. Así, es recomendable mantener un peso adecuado, evitando en sobrepeso o la obesidad, con una alimentación variada rica en verduras y frutas, y con pocas féculas y grasas (pero de buena calidad). Una alimentación saludable debería ir acompañada de un incremento de la actividad diaria, evitando el excesivo sedentarismo y mediante la práctica de ejercicio físico moderado aeróbico (actualmente se recomienda un mínimo de 4 horas semanales de ejercicio aeróbico moderado/intenso) junto con ejercicios encaminados a fortalecer y tonificar la musculatura lumbar y abdominal. Muchas veces no todo el volumen...
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