Las arrugas en la piel se forman como consecuencia del envejecimiento, el efecto de la gravedad y la dinámica de la mímica. Las arrugas se forman por cambios a distintos niveles y para analizar cómo tratarlas de la mejor forma es necesario tener en cuenta esto último. A medida que cumplimos años la piel se deteriora de forma espontánea o de forma acelerada sin existen otros factores concomitantes como el fotoenvejecimiento (fruto de grandes exposiciones solares muy agresivas o muy repetidas), el tabaquismo, la falta de descanso o enfermedades metabólicas o endocrinas. A nivel de la epidermis se produce una ralentización del desprendimiento de las capas superficiales córneas por alteración del factor hidratante natural, de los lípidos epidérmicos y la alteración en su capacidad de retener...
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