miércoles, 8 de abril de 2015

Tratamiento de tatuajes con láser

  

Cada día es más frecuente la realización de tatuajes decorativos pero también crece la necesidad de quitarlos por motivos sociales o laborales. Antes esto no era sencillo ya que conllevaba la utilización de métodos agresivos (electrocoagulación, dermoabrasión) que destruían la piel dejando cicatrices inaceptables.


Hoy en día el láser consigue la eliminación de la gran mayoría de estas pigmentaciones permanentes sin prácticamente dejar señal. El láser fragmenta las partículas de tinta en otras mucho más pequeñas que pueden ser eliminadas por el organismo confinando al máximo la lesión de los tejidos circundantes. No sirven todos los láseres siendo los más adecuados los sistemas Q-Switched y los sistemas con luz pulsada.


A la hora de determinar el tratamiento hay que evaluar individualizadamente cada paciente. Los tatuajes profesionales se realizan de manera uniforme y son más sencillos de eliminar mientras que los tatuajes de aficionado tienen tinta a diferentes profundidades que aumentan el número de sesiones necesarias. Existen también otro tipo de pigmentaciones que son susceptibles de eliminarse como las micropigmentaciones de cejas, labios y las accidentales por asfalto o pólvora.


Los tatuajes profesionales son más sencillos de eliminar con láser


Los tatuajes profesionales son más sencillos de eliminar con láser.


El color es otro de los aspectos a valorar. Los colores más fáciles de eliminar han sido clásicamente los negros, azules y verdes, mientras que los rojos, amarillos y naranjas siempre han sido más difíciles.


Cuando el paciente va a iniciar el tratamiento se le recomienda que no haya tomado previamente el sol, ya que estar moreno dificulta la penetración de la luz y aumenta la incidencia de efectos secundarios.


Según la tolerancia individual se puede realizar el tratamiento sin anestesia, con anestesia tópica (una crema que se pone una hora antes) o con anestesia local.


Una vez barrido todo el tatuaje en la sesión (en pocos minutos) se aplica una pomada antibiótica y se cubre con un apósito que debe renovarse según indique el médico hasta la completa cicatrización.


Al mes y medio aproximadamente se repetirá el tratamiento, necesitando en total de 4 a 8 sesiones para obtener el resultado final.


Los efectos secundarios que pueden aparecer van a depender del sistema utilizado (muchos menor incidencia en laser tipo Q-Switched), de la zona de piel (la región más problemática es la zona alta de la espalda y hombros) y de la predisposición individual del paciente. Se trata de la aparición de cicatrices hipertróficas, hipopigmentaciones o infecciones (muy raras) que requieren un manejo que alargan la duración del tratamiento.


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