Es habitual que en Navidad se produzcan excesos en comida, bebida y tabaco. Como consecuencia de ellos, no sólo aumentamos de peso, sino que el alcohol produce una importante retención de líquido extracelular por el aumento de la presión osmótica que provoca el alcohol circulante, lo que se acompaña de la "sed de la resaca", que incrementa la retención de líquidos con las consecuencias desagradables para nuestro aspecto. Por otra parte, el tabaco es causante de un importante deslucimiento de la piel por acúmulo del estrato córneo. Es decir, que las navidades son responsables de comenzar el año gorditos, hinchados y con la piel ajada. La moderna tecnología de que dispone Instituto Médico Láser le permite realizar un rápido plan de recuperación para que estos estragos navideños desaparezcan...
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